Me dediqué a tener una perspectiva de los actos, vandálicos, en la comuna de Maipú.
Al estar en una situación de mero observador y sin llegar hasta los epicentros de las manifestaciones, solo puedo entregar aspectos periféricos de la situación.
En un principio, la concentración se produjo en el centro de la comuna, donde convergen las avenidas Ramón Freire y 5 de Abril, generando dos frentes de acción: uno hacia el Templo Votivo, final de 5 de Abril y el otro hacia el paradero 15 de Ramón Freire.
En las primeras acciones, se acumulan próximos a los efectivos de seguridad y hacen barricadas incendiarias para tener una posición de enfrentamiento. El lanzamiento de objetos contundentes (piedras, fierros y todo cuanto elemento han dividido para obtener un proyectil) es el modo para tener proyectiles y así llamar al enfrentamiento.
A la hora de comenzar el juego del repliegue, lo que está al paso de los acumulados es utilizado para el enfrentamiento y bloqueo. Señalética, semáforos, barreras, paraderos, publicidad y todo material que logran desprender de su asidero, es un objeto más para las barricadas.
Todo negocio y/o local que está desprovisto de barreras es objeto del ataque y, si es posible el ingreso a éste y extraer sus bienes, los acumulados lo hacen sin cuestionamiento. El oportunismo se manifiesta y el saqueo se provoca.
Me refiero a los acumulados, ya que hay tres tipos de involucrados: Configurados, Infectados y Arrastrados.
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